Oaxaca.- La ciudad es un ente sensible que se construye a partir de sus imágenes. “Las imágenes pueden ser un instrumento para notar los diversos cambios que han transcurrido en distintos aspectos, tanto en el pensamiento, acciones y representaciones. Son producto sensible de una sociedad”, señalaItandehui Franco Ortiz en su tesis El Deleite de la Transgresión. Graffiti y Gráfica Política Callejera en la Ciudad de Oaxaca.
En este sentido, el estudio se centra en “entender el graffiti como un acto político indirecto al incluir la transgresión o la desobediencia de las leyes establecidas por las instituciones en el espacio público, o en otros casos, la transgresión hacia los lenguaje y códigos establecidos por la cultura hegemónica, contando además con un campo particular de significación”.
Más allá del vandalismo, entendido como el espíritu de destrucción que no respeta cosa alguna, Itandehui Franco se interna en el proceso histórico del graffiti, diferenciándolo de las pinturas rupestres y el transe del muralismo mexicano. Para Franco Ortiz, el graffiti, para ser considerado tal, son necesarios dos puntos: la intervención como transgresión y un amplio referente de materiales.
La base plástica del graffiti se encuentra en el aerosol, inventado en 1899 por Helbling & Petsch. Cabe resaltar, que la aplicación de la pintura en aerosol con leyendas políticas tiene sus inicios en la II Guerra Mundial para denostar a los judíos , así como en expresiones contra el régimen de Hittler como el grupo de estudiantes llamado Rosa Blanca. “El graffiti puede conservar una temática particular, sin embargo expresan una ciudad con autonomía y libertad ante la imposición de un orden racional".
Con estas referencias, el vandalismo provocado por la modernidad, ese ánimo por romper con el orden establecido, se refleja en sus calles. Sin embargo, en este caso entendemos dos tipos de vandalismos (señala Itandehui Franco): de signo, que incita a la posteridad a reflexionar sobre el porqué de estas respuestas violentas; y el vandalismo político, la cuál es realizada contra estatuas públicas de gobernantes, patente en todos los rincones del Orbe.
Es así como las pintas, esténciles, graffitis, calcomanías conversan con la sociedad, haciendo patente la diversidad de perspectivas, y cotidianidades, en el cuerpo abstracto de la ciudad. “En el posmodernismo, las calles se vuelven un collage de imágenes, una diversidad de expresiones estéticas, una mixtura pluralista de espacios diferenciados”.
Es en tierras milanesas, en el año de 1979, cuando Fab 5 Freddy y Lee reinvidican el valor estético del graffiti “sacándolo” de las calles para aventurarse en las galerías de arte. Jean Michel Basquiat, Harold Naegli (1984), Blek le Rat (Francia), Barry Mc Gee, los Maclaim, Heracut (Alemania), Blu (Italia), Onesto, Os gemeos, Nunca, Zezao (Brasil) son algunos de los graffiteros y crews (colectivo de graffiteros) que se han posicionado en el mundo artístico.
En México, las revistas Aerosol, Kolords, Ilegal Squad, Prox, Arte enlatado, Graffiti arte popular y Adicción; los festivales Alia2, Montana: Just writing my name, Meeting of styles; así como las galerías José María Velasco (en Tepito), el FARO de Oriente, el Centro Cultural Border y el Circo Volador han generado una visión crítica del movimiento callejero.
Cabe destacar la participación de artistas como Madroño, Watchavato, Aiwey, Bélico, Charritos, Komal, Kimbal, Mañoso, Mr. Fly, Mecamutanterio, Malarata, Zzierra Reezzia, HEM crew, Sal, Spaik, Guerrilla Visual, Buytronik, York, Arte Jaguar, Revólver y Lapiztola en la exposición “Las calles están diciendo cosas” resultado de la “cerrazón mostrada por parte del gobierno federal ante el graffiti” a la entrada de Felipe Calderón a la presidencia, llegando a ciudades como Cancún, Acapulco, Puebla, Xalapa, Guadalajara, Ciudad Juárez, Oaxaca, entre otras.
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